Todos nos imaginamos la Tierra como una
esfera perfecta y no hay nada más lejos
de la realidad. La verdad es que es un patatoide
(palabra que usan los científicos de manera simpática
para referirse a nuestro planeta) aproximado a
una esfera.
El tema es que la
intensidad de la gravedad cambia de un punto
a otro a causa de la distribución de todo lo que la Tierra contiene (si fuera
una esfera perfecta esto y de
densidad uniforme no pasaría) y
esta distribución está colocada de manera estratégica para la naturaleza a lo largo de millones de años en capas
hacia el interior. El terremoto de Tohoku, el 5 º más
potente registrado, no sólo
destrozó Japón creando
los tsunamis más impactante que hemos visto nunca y todos los problemas asociados que provocaron sino que
alteró muchas de estas capas
hacia el interior de la tierra. Alterando,
de esta manera, el campo gravitatorio.
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