sábado, 31 de agosto de 2013

El día en que dejé de decir “date prisa”



Quien más quien menos es consciente del ritmo frenético que llevamos día a día en nuestras vidas. Seguro que alguna vez habéis pensado en desaparecer e iros muy lejos sólo para desconectar de lo que parece ser una corriente de la que no podemos salir.

Es por eso que hoy os queremos aconsejar esta lectura de la Rachel Macy, una profesora de educación especial a la que su hija pequeña le regaló la conciencia de vivir el momento, sin prisas, disfrutando de cada instante del presente. Un regalo difícil de hacer pero que si te lo hacen y eres lo suficientemente fuerte para conservarlo, es el mejor regalo que nunca te puedan llegar a hacer.

Una fantástica lectura.

 

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