El
otro día hablábamos de como se había pensado en aprovechar el agua de lluvia
con una sencilla inclinación en el asfalto, con la cual, el agua iba a parar a
los alcorques de los árboles y vegetación urbana.
Hoy
os queremos explicar la importancia de que el suelo sea transpirable y pueda
absorber el agua de lluvia. Por ejemplo, fijémonos con las ciudades. Toda la
extensión que ocupa una ciudad se puede traducir en km2 de suelo impermeabilizado.
Esto quiere decir que no puede vivir ninguna vegetación sin riego porque el
suelo no le llega agua! ¿Porque? Por qué el agua resbala por el asfalto y no se
filtra por el suelo hasta alimentar el subsuelo.
Esto significa que si un circuito de riego deja de funcionar puede acabar matando
a ¡todas las plantas que tiene que regar!
Además, pensad que no todos los suelos tienen la misma capacidad de filtrar agua y
por tanto, puede ser que los espacios de vegetación se alimenten del agua que
les llega por debajo el suelo desde más lejos de lo que pensamos y en consecuencia, si algún espacio queda impermeabilizado puede afectar muchas más
zonas que la propia.
Intentemos
entonces, siempre que sea posible, poner pavimentos transpirables y permeables.