A
lo largo de los años hemos visto cómo la arquitectura se adaptaba a las nuevas
corrientes de sostenibilidad y ecología. Aunque
a muchos constructores (por no decir arquitectos) todavía les queda mucho tramo
por recorrer la gente de la calle cada vez ve más claro que hay que cambiar los
hábitos de vida y el impacto que éstos generan sobre todo conjunto.

También habla de conectividad a la hora de construir las edificaciones cerca de transporte público reduciendo de manera directa el uso del vehículo privado y la creación de equipamientos ligados a incentivar el ejercicio y la vida sana, promoviendo una vida más activa y menos sedentaria .
Temas como el bienestar acústico ligado con el aislamiento del edificio son también tratados en el artículo pero lo que más nos preocupa es: ¿por qué no pensar en cómo adaptar estas grandes ideas a las edificaciones ya existentes? ¿Es que no se puede mejorar lo que tenemos construido, que hay que construir más para hacerlo bien?
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