Se ha construido en Japón, en la ciudad de Takamatsu, y genera energía a partir de restos de alimentos, principalmente fideos.
Todo empezó a partir de unos excedentes de fideos que se negaron a tirar a los vertederos y ahora las turbinas de la central eléctrica se mueven gracias al gas metano (la mejor fuente natural de energía que se conoce) que se libera con su descomposición.
Según afirman, una tercera parte de los alimentos que se producen en el mundo no se consumen y acaban siendo tirados. Este hecho ha provocado la curiosidad de muchos científicos durante años y ahora se ha demostrado que se puede crear energía de manera inofensiva para el medio ambiente.
Otro paso hacia un mundo más sostenible. ¡Adelante!
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